Artículo original en: https://www.aceprensa.com/articles/la-inmersion-laica-en-la-escuela/
La izquierda española se ha creído siempre llamada a redimir a la sociedad de la influencia de la Iglesia católica, considerada una rémora para su idea del progreso. Ahora, el PSOE ha sufrido una de esos accesos de fiebre laica que suele tener ante la cercanía de elecciones generales, con la esperanza de que eso le atraiga votos de esa izquierda que flirtea con otros más radicales.
Como suele suceder en estos casos, su obsesión se dirige contra la enseñanza de la religión en la escuela, tradicional objetivo de la cruzada laica. Pero si en otras ocasiones la propuesta era excluir la clase de religión de la escuela pública, ahora se pretende eliminarla también de los centros no estatales, privados o concertados. El curriculum y el horario lectivo no pueden estar contaminados por la presencia de enseñanzas de la religión.
En otros temas puede ser discutible si la sociedad está a favor o en contra de una determinada medida. En cambio, en la enseñanza de la religión (por lo menos en lo que se refiere a la católica), hay un referéndum anual de las familias interesadas. Como la asignatura es opcional, basta ver cuántos alumnos la cursan: en el curso pasado, fueron 3,5 millones, lo que supone el 63,5% del total.
Según sea la entidad titular del centro, ese porcentaje varía desde el 51,9% en los centros públicos, al 99% en los colegios católicos y al 68,9% en los de titularidad civil. Por niveles de enseñanza, el porcentaje va desde el 71,2% en primaria al 41,2% en bachillerato, un nivel donde la clase de religión encuentra muchos obstáculos organizativos en los centros públicos.
Demanda social
Los números nos dicen, pues, que hay una demanda social para la enseñanza de la religión. En cambio, la “inmersión laica” para todos que propone el PSOE supone hacer caso omiso de las preferencias de las familias del 63,5% de los alumnos. Curioso ejercicio democrático, sobre todo en un asunto que no implica ninguna obligación para los que no eligen la asignatura. Implica también hacer caso omiso de la Constitución, que en su art. 27 establece que “los poderes públicos deben garantizar el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
Pero aunque no lo exigiera la Constitución, un partido democrático debería respetar ese preferencia expresada de las familias. Y más un partido como el PSOE, que pretende obligar por ley a que los partidos políticos hagan elecciones primarias para designar a sus candidatos a la presidencia del gobierno, de las comunidades autónomas y a las alcaldías. Esta obligación se justifica por la necesidad de tener en cuenta las preferencias de los electores y simpatizantes, en vez de gestionar el proceso por maniobras de las cúpulas de los partidos.
Entonces, ¿por qué no valen las “primarias” en los colegios sobre la enseñanza de la religión? ¿Esa libre elección de las familias no es también un ejercicio de lo más democrático?
Pero en este tema el PSOE hace gala de un dogmatismo laico muy incoherente. De una parte, el líder socialista Pedro Sánchez justifica su propuesta por el principio de “circunscribir al ámbito privado el ejercicio de las creencias religiosas”, como si estuviera prohibido que la religión saliera de casa. Pero luego pretende excluir la enseñanza de la religión no solo de la enseñanza pública sino también del sector educativo privado. Una imposición que resulta muy reveladora sobre su respeto a la libertad de enseñanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentad aquí vuestras ideas. Entre todos podemos encontrar soluciones y propuestas. Gracias